Cuando era pequeña, creía que tenía el superpoder de volverme invisíble. Un día, en el sillón de la estacia en casa de mi abue, creé una especie de máquina para desaparecer; estaba arquitectónicamente diseñada para un solo ser viviente, osea: Yo. Los materiales utilizados eran de cómoda resistencia y delicado soporte para la comodidad del ocupante: hulespuma forrado con tela gruesa tejida tipo cobija de guardabosques o para ser mas explicita: los decorativos cojines de dicho sillón, los cuales, como yo era muy pequeña, perfectamente cubrian mis 3 lados expuestos a la vista de los trasenuentes, ya que los otros 3 lados eran cubiertos por la esquina del sillón que tambien se convertia en cama (osea si me volvia invisible y además lograba teletransportarme al país de los sueños no habia problema). Ahí estaba yo, probando mi máquina superpoderosa cuando sucedió algo extraordinario e increíble, mi abue gritó mi nombre buscandome, pasó frente al sillón y seguia pronunciando mi nombre....¡bus