Y aquí estoy, tomando mi cafecito, a un ladito de una ventana donde el sol acaricia y consuela mi cabecita y de paso mi corazoncito; momento e instante cursi, irónico y dramático, como solo a mi me pasa, ya que mi taza tiene una carita sonriente, y yo, mientras la sostengo con mis dos manitas frente a mi pecho, le agrego unas gotitas de mis ojos, nomás para beberme mi propia infinita tragedia amorosa. Recorde ese inolvidable momento cuando escuche tu voz por primera vez  -"pase usted señorita"- y miré tus bonitos ojos de rayita, como si unos japoneses del espacio te hubieran puesto ahí, en un escenario para conocer un otro yo.... Ok ok... bueeenoooo..... Yo necesitaba sentir el espacio en el que iba a bailar, arriba del escenario, entonces subí por las escalerita de a lado del templete en el momento en que tú hacías soundcheck, tu traías lentes oscuros y me acerque frente a ti a preguntarte si podía revisar la madera para ver si había clavitos salidos o astillas, y tu